El seguro colectivo de Salud resiste a la destrucción de empresas

La crisis derivada de la pandemia ha destruido miles de empresas y muchas otras ven comprometida su viabilidad a corto plazo. Sin embargo, parece que la apuesta por los seguros colectivos de Salud en el ámbito laboral permanece intacta.

El frenazo económico provocado por la COVID-19 se ha traducido en la desaparición de casi 77.000 empresas, el 98% de ellas, pymes, entre los meses de febrero y julio, según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Esta fuerte destrucción del tejido empresarial en apenas 6 meses sólo es comparable con la registrada a lo largo de los 4 peores años de la última crisis económica, cuando 94.000 empresas sucumbieron entre 2008 y 2012.

Además, según Cepyme, la mitad de las pymes que quedan, y que constituyen el 99,8% del tejido empresarial español, ven en riesgo su viabilidad debido a la morosidad que sufren. Así, un 13% temen que los impagos les obliguen al cierre del negocio, un 20% prevén verse en una situación de insolvencia y un 17% ven inevitable una reducción de su estructura. El 50% se ven abocadas a “más necesidad de financiación o gastos de financiación”.

La salud, prioridad

En este contexto, el nicho de los seguros colectivos de Salud puede verse afectado por esta destrucción de empresas sin precedentes. Y es que “la mayor parte del seguro colectivo de Salud está vinculado a las empresas y a sus empleados”, explica Francisco Calderón, director de Salud de Mapfre. “Es conocida por todos la complicada situación económica que afrontamos en estos momentos. No obstante, estamos observando cómo el seguro de Salud está cobrando aún mayor relevancia como beneficio social o, si se quiere, como parte de la retribución. Así lo están valorando los empleados y también el sector empresarial”, asegura.

“Si estás valorando la posibilidad de contratar un seguro de asistencia sanitaria y puedes acogerte a un seguro colectivo de empresa, plantéatelo: tiene ventajas fiscales, las primas suelen ser más baratas y hay menos rigor con exclusiones, copagos, etcétera”, destaca la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en su decálogo de “cosas que valorar al contratar un seguro de asistencia sanitaria”. “En contrapartida, el mantenimiento de esas condiciones suele estar supeditado a la permanencia en la empresa, y quizá no puedas mantenerlas después de la jubilación, cuando tal vez más lo vayas a usar”, advierten.

Adaptación

“La salud siempre ha sido una prioridad para la sociedad y, ahora más que nunca, va a continuar siéndolo”, opinan desde Sanitas. “Tendremos que adaptarnos a la nueva realidad y, sobre todo, a las necesidades que surjan en las empresas. “Más que nunca debemos continuar estando muy pendientes de nuestros clientes, tanto internos como externos, para aportar valor al cliente, y a los ciudadanos, y mirar el futuro con optimismo”, defienden.

Se cree necesaria la implementación de “beneficios fiscales para la empresa” y apuntan que “también el hecho de que su trabajador tenga una póliza de Salud privada le garantiza que su ausencia del puesto de trabajo sea menor, ya que se evitan las largas esperas en la Seguridad Social”.

Desde Sanitas, consideran que “la industria del seguro va a cambiar tal y como la conocemos, y las acciones comerciales de comunicación con los clientes, de cercanía y de apoyo, van a tener que ser de otra índole más allá de como las veníamos conociendo. Es un momento muy importante para todo el sector”, remachan.

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