Las aseguradoras de Salud han demostrado una gran capacidad de reacción ante la crisis sanitaria, que han afrontado con solidaridad y adaptándose a las necesidades de sus clientes y de la sociedad en su conjunto.
Aunque el estallido de la pandemia COVID-19 pilló a todo el mundo desprevenido, el sector asegurador, y en concreto el ramo más directamente concernido por esta emergencia, el de Salud, reaccionaron rápidamente para contribuir a paliar los efectos de la crisis sanitaria. De esta forma, el sector en bloque tomó la decisión de dar cobertura a los asegurados enfermos de coronavirus, a pesar de la exclusión de pandemia de las pólizas privadas. Asimismo, un centenar de aseguradoras aportó 37 millones de euros para constituir un fondo solidario para proteger al personal sanitario que lucha para contener el virus en España. Con este dinero, Unespa suscribió un seguro de Vida colectivo que cubre el fallecimiento por causa directa del COVID-19 de quienes cuidan de la salud de todos los ciudadanos, así como un subsidio para los que resulten hospitalizados.
Además de garantizar la asistencia sanitaria para todos los clientes a pesar de la exclusión por pandemia, “las compañías de Salud facilitan el acceso a la atención médica a quienes muestran síntomas de una posible infección en los centros adscritos a sus cuadros asistenciales, muchas compañías ha habilitado una plataforma de telemedicina para hacer consultas médicas,…”, la sanidad privada “está más preparada, ya que dispone de más personal y cuenta con más equipos de protección para afrontar la segunda ola del COVID-19, y algunos hospitales privados han habilitado dependencias de sus hospitales para poder atender a sus asegurados”. Incluso, algunas aseguradoras ofrecen a sus clientes tests PCR y de antígenos gratuitos si cumplen determinados requisitos de posible exposición al virus.
Capacidad de reacción y respuesta ejemplar
“A nivel del seguro de Salud, creo que la respuesta ha sido ejemplar, porque sectorialmente todas las compañías han convenido no aplicar la cláusula de exclusión de la pandemia a costa de desconocer a priori cuánto podría llegar a significar en cuanto a siniestralidad”. En cuanto al fondo solidario, “pone de manifiesto claramente a la función y vocación social del seguro”. A su juicio, “la sanidad privada ha dado un ejemplo de profesionalidad y de capacidad de respuesta organizada durante la pandemia y lo sigue haciendo en estos momentos, al adaptarse para poder seguir ofreciendo sus servicios con las medidas de seguridad que sean necesarias”.
“Desde que empezó la pandemia hemos sabido adaptarnos a la capacidad de reacción casi inmediata que exige esta situación, solucionando los problemas del día a día según van surgiendo”, coincide Francisco Calderón, director de Salud de Mapfre. “Y nuestra idea es mantener esa línea, con equipos comprometidos, tanto de tecnología como de negocio, ideas y puesta en marcha de proyectos que nos permiten reaccionar según el cliente identifica necesidades”, apunta. Sea como sea, “lo idóneo en esta situación es conseguir avanzar en una colaboración público-privada que permita dar cobertura a situaciones como pandemias. El sector privado por sí solo no puede abarcar este tipo de demandas. Se impone la colaboración”, remacha.
“Una situación como la vivida con la pandemia requería estar al lado de nuestros asegurados y ello nos obligaba a potenciar alternativas para atender sus necesidades. Sin duda, las nuevas tecnologías y su inclusión progresiva en los servicios de las pólizas de salud han permitido que nuestros asegurados hayan podido acceder a la atención médica desde sus domicilios”, destaca.
Repunte en tiempos difíciles
“El segmento de seguros de Salud tradicionalmente se ha visto reforzado en periodos de dificultad”, apunta desde Mapfre Francisco Calderón. “Uno de los principales motivos es que es el seguro más vinculado al cuidado de las personas, que tienden a protegerse más en situaciones difíciles. De hecho, desde marzo de este año, la demanda de seguro de Salud ha crecido de forma continuada”, asegura.
“Es un hecho contrastado que la inseguridad que esta crisis sanitaria ha producido en la sociedad y la percepción de que el sistema público de salud no ha tenido la capacidad suficiente para afrontarla, lo que ha generado un efecto de impulso a la sanidad privada”.
“Creemos que esta crisis sanitaria va a provocar una fuerte demanda social por disponer de recursos sanitarios de la más alta calidad, tanto públicos como también privados”, vaticinan desde Sanitas. “No hemos de olvidar que las empresas privadas formamos parte del sistema sanitario del país y que hemos sido parte del esfuerzo colectivo en la gestión de la crisis desde la primera línea, como no podía ser de otra manera”, destacan. “El contexto actual generado por el COVID-19 ha puesto de relieve la importancia del cuidado de la salud, no sólo cuando tenemos un problema, sino también en lo que respecta a la prevención. Y también ha señalado la necesidad de la atención a través de todos los canales disponibles para estar en contacto con tu médico, como los digitales. Así, en Sanitas hemos pasado de hacer 300 videoconsultas al día en 2019 a las 5.000 diarias que hacemos en la actualidad, sumando más de 230.000 durante el primer estado de alarma. En este sentido, el seguro de Salud ha demostrado su fortaleza”, remachan.
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