Hacer compatible el turismo con la salud de todos (turistas incluidos) mientras sigue la lucha contra la pandemia provocada por la COVID-19 es el objetivo del certificado de vacunación que la UE ha aprobado para su uso durante el próximo periodo estival.
Volver a poner en marcha las máquinas del sector turístico una vez superado lo peor de la pandemia resultará clave para reactivar la economía de muchos países. En la OCDE, el sector turístico supone de media el 4,4% del PIB, el 6,9% del empleo y el 21,5% de las exportaciones de servicios, según el informe ‘OCDE Tourism Trends and Policies 2020’. Sin embargo, en algunos países su aportación es muy superior. Es el caso de España, que obtuvo de las actividades ligadas al turismo el 12,4% de su PIB en 2019, aunque el año pasado ese porcentaje se vio reducido al 4,3% por el cierre de fronteras durante el primer estado de alarma.
Ahora que el proceso de vacunación avanza y el verano está a la vuelta de la esquina, la Unión Europea quiere hacer compatible la vuelta a una relativa normalidad en lo que se refiere a la posibilidad de viajar, con medidas que impidan nuevas olas de contagios, en este caso provocadas por el movimiento de personas de unos países a otros. El sistema pretende ser ágil, fiable y a la vez asequible para todos, por eso la Comisión Europea se ha comprometido a dotarlo inicialmente con 100 millones de euros solo para financiar test PCR.
El ‘certificado digital COVID’ hará posible, a partir del 1 de julio, que su titular pueda moverse casi sin restricciones entre los países miembros. A través del código QR incorporado, este documento electrónico o en papel y cuya expedición será gratuita, permitirá certificar en todo el territorio de la Unión Europea que el titular ha sido vacunado (con la pauta completa), que ha dado negativo en pruebas de detección de la enfermedad o que presenta inmunidad por haber superado anteriormente la COVID-19. Esto supondrá, siempre que las circunstancias no den un giro a peor en alguna zona determinada, que el viajero no tendrá que realizarse test adicionales ni someterse a cuarentena en su lugar de destino.
La UE ha decidido que las cuatro vacunas aprobadas en sus territorios por la Agencia Europea del Medicamento sean las que validen el certificado digital COVID. Concretamente, se refieren a las vacunas de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen, pero ya se ha planteado que cada país pueda, en un momento dado, aceptar otras vacunas además de las mencionadas, como por ejemplo la Sputnik o Sinopharm.
¿Significa eso que sin el certificado no podré irme de vacaciones?
Este sistema de control no debe verse como un elemento de privación de la movilidad en sentido estricto, sino más bien como un mecanismo de control para garantizar una libre circulación segura. Es decir, el no disponer del certificado no significa que se discrimine a nadie. Partimos de la base que, el principio de libertad de circulación de las personas es un derecho fundamental que tienen todos los ciudadanos de la Unión Europea. Por lo tanto, lo que se pretende con este certificado europeo de vacunación es en realidad que aquellas personas que quieran viajar y hayan pasado la enfermedad, se hayan recuperado, tengan una PCR con resultado negativo o incluso hayan sido vacunadas puedan hacerlo sin limitaciones. En esos casos, lo que hará este documento es facilitarles su derecho a traspasar fronteras, agilizando así su libre circulación dentro de la UE. Esto significa que, no contar con él no privará la libre circulación pues sin duda estamos ante un derecho fundamental comunitario.
¿Qué tendrá que hacer el resto de los ciudadanos?
Serán los Estados los que decidirán qué requisitos alternativos pueden existir a la obtención de este certificado para una entrada ‘segura’ en sus países, pero como hemos visto, tener la vacuna no sería la única vía para conseguirlo.
Además, hay que tener en cuenta que no todos los europeos estaremos vacunados el 1 de julio, debido a que la campaña de vacunación avanza a un ritmo distinto en cada país. De hecho, el acuerdo para la creación del certificado COVID incluye un período de transición de seis semanas a partir del 1 de julio, por lo que hasta mediados de agosto los países podrán utilizar los certificados nacionales o regionales, en caso de tenerlos.
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